Pilar Prades Santamaría
La envenenadora de Valencia.
Famosa más por el hecho de ser la última mujer ajusticiada por
Garrote Vil en España que por su crimen en sí.
<< Primera Parte >>
01 de Diciembrede 2.016
De niña a mujer
Pilar Prades Santamaría nació en 1.928. Aunque sus primeros años de vida es un poco ajena a todo esto, hay que decir que el país no pasa por su mejor momento todo lo contrario, su infancia pasa durante la década de los años 30 que estuvo claramente influida por la crisis económica generada por la llamada "Gran Depresión" provocada por el Crack del 29, debido a la devastadora caída de los valores bursátiles de la época en los Estados Unidos esto tuvo un alcance mundial y provocó fuertes tensiones sociales y políticas que permitieron la aparición de dictaduras como la de Hitler en Alemania y Franco en España, estas tensiones fueron lo que realmente provocaron la Segunda Guerra mundial el 1 de septiembre de 1.939.
La década la marca el año 1.931 ya que es cuando la crisis económica mundial se extiende por toda Europa. Posteriormente en el año 1.936 estalla la Guerra Civil Española agudizando aun más, si cabe, la tremenda pobreza que asola el país derivada de la gran crisis mundial. En 1.939 finaliza de la Guerra Civil Española lo que inició la dictadura de Francisco Franco, unos meses después se desencadenaría la Segunda Guerra Mundial.
En esta década se estrenan varias películas icónicas del cine de terror, en al año 1.931 se estrena Drácula, una producción americana, protagonizada por Bela Lugosi, también en el mismo año Frankenstein con Boris Karloff, en al año 1.932 una producción franco-alemana, Vampyr y la controvertida Freaks, que en España se llamó La Parada de los Monstruos, que revive a personas reales con deformidades varias en su día a día y que lo que fue una película sin apenas éxito y denostada por la crítica al final se convirtió en una clásica del cine de culto. King Kong en el año 1.933.
Bejís, es el pueblo que ve nacer a Pilar Prades Santamaría. Un pequeño pueblo de la provincia de Castellón ubicado al Noroeste de ésta y enclavado en la comarca conocida como Alto Palencia en la misma cabecera del río Palencia de donde dicha región toma su nombre.
El terreno es áspero y muy montañoso con densa vegetación y como se puede imaginar los recursos del pueblo son casi nulos, agricultura y ganadería, como la gran mayoría de los pueblos de España de aquella época viven exclusivamente de lo que el campo da.
Fue la tercera de cinco hermanos y analfabeta como casi todos los jóvenes de la época en esas zonas ya que los recursos con los que contaban las familias eran tan escasos que en la mayoría de las veces no llegaba ni para poder poner un plato de comida en la mesa. Cuanto más para darles una mínima educación. Hay que tener en cuenta que España acaba de salir de una guerra y la pobreza asola nuestros pueblos, más aquellos que no disponen de grandes recursos como era este el caso.
Hay que decir que durante las décadas de los años 40 y 50 lo habitual era mandar a las grandes ciudades a las hijas a partir de los 12 ò 13 años para que literalmente se buscaran la vida, encontraran un trabajo y se forjaran un futuro. Esto era acción casi exclusiva dirigida a las mujeres ya que los hijos varones eran mano de obra productiva y muy apreciada sobre todo en el y para el campo, claramente en esto Pilar no fue una excepción.
Con una infancia difícil y habiendo nacido en el seno de una familia sumamente pobre se marchó a Valencia cuando contaba sólo 12 años. Quedó marcada de por vida de esa infancia sin cariño y el desapego familiar no ayudó. En aquella época a los hijos se les veía como una boca más a la que alimentar.
Pilar era una persona en la que había calado profundamente esa falta de afecto por parte de todos desde su niñez lo que la convertía en una persona triste, desconfiada, de nula empatía, además su físico no ayudaba pues no era muy agraciada físicamente, todo esto unido hacía de ella una persona a la que costaba acercarse, de ahí que no se le conociese relación masculina alguna durante toda su vida. Los años 40 fueron los años del hambre por antonomasia en nuestro país, recién salidos de una guerra civil y prácticamente inmersos en una mundial, los recursos con los que cuenta nuestro país son prácticamente nulos, fue una etapa de hambre y miseria. El año 1.940 está marcado por la entrevista que mantuvieron Adolf Hitler y Francisco Franco en Hendaya, donde el primero busca la participación de España en la contienda, cosa que no ocurre debido a las elevadas peticiones españolas en suministros y armas. A lo largo de 1945 finaliza la guerra dando paso a la reconstrucción del mundo en general, y a la denominada Generación de los Baby Boomer, se les dio este nombre, debido a que el índice de natalidad creció de manera desmesurada y explosiva tras la Segunda Guerra Mundial, esta Generación seria la más extensa hasta 1969.
En esta década se estrenan películas como Ciudadano Kane en 1.941, Casablanca en el 1.942, o El Tercer Hombre en el 1.949.
Esta década pasa sin pena ni gloria para Pilar Prades. De trabajo en trabajo y fraguándose como mujer y sirvienta de casa en casa pasa los años.
Todo esto fue forjando poco a poco a la futura asesina y lo que la hacía ir de casa en casa sin llegar a mantener un trabajo estable durante mucho tiempo en el mismo sitio. Hasta que ya a los 26 años recaló en una familia, la que a la postre sería la inductora, salvando las distancias, del inicio de su andadura delictiva.
Pilar Prades Santamaría nació en 1.928. Aunque sus primeros años de vida es un poco ajena a todo esto, hay que decir que el país no pasa por su mejor momento todo lo contrario, su infancia pasa durante la década de los años 30 que estuvo claramente influida por la crisis económica generada por la llamada "Gran Depresión" provocada por el Crack del 29, debido a la devastadora caída de los valores bursátiles de la época en los Estados Unidos esto tuvo un alcance mundial y provocó fuertes tensiones sociales y políticas que permitieron la aparición de dictaduras como la de Hitler en Alemania y Franco en España, estas tensiones fueron lo que realmente provocaron la Segunda Guerra mundial el 1 de septiembre de 1.939.
La década la marca el año 1.931 ya que es cuando la crisis económica mundial se extiende por toda Europa. Posteriormente en el año 1.936 estalla la Guerra Civil Española agudizando aun más, si cabe, la tremenda pobreza que asola el país derivada de la gran crisis mundial. En 1.939 finaliza de la Guerra Civil Española lo que inició la dictadura de Francisco Franco, unos meses después se desencadenaría la Segunda Guerra Mundial.
En esta década se estrenan varias películas icónicas del cine de terror, en al año 1.931 se estrena Drácula, una producción americana, protagonizada por Bela Lugosi, también en el mismo año Frankenstein con Boris Karloff, en al año 1.932 una producción franco-alemana, Vampyr y la controvertida Freaks, que en España se llamó La Parada de los Monstruos, que revive a personas reales con deformidades varias en su día a día y que lo que fue una película sin apenas éxito y denostada por la crítica al final se convirtió en una clásica del cine de culto. King Kong en el año 1.933.
Bejís, es el pueblo que ve nacer a Pilar Prades Santamaría. Un pequeño pueblo de la provincia de Castellón ubicado al Noroeste de ésta y enclavado en la comarca conocida como Alto Palencia en la misma cabecera del río Palencia de donde dicha región toma su nombre.
El terreno es áspero y muy montañoso con densa vegetación y como se puede imaginar los recursos del pueblo son casi nulos, agricultura y ganadería, como la gran mayoría de los pueblos de España de aquella época viven exclusivamente de lo que el campo da.
Fue la tercera de cinco hermanos y analfabeta como casi todos los jóvenes de la época en esas zonas ya que los recursos con los que contaban las familias eran tan escasos que en la mayoría de las veces no llegaba ni para poder poner un plato de comida en la mesa. Cuanto más para darles una mínima educación. Hay que tener en cuenta que España acaba de salir de una guerra y la pobreza asola nuestros pueblos, más aquellos que no disponen de grandes recursos como era este el caso.
Hay que decir que durante las décadas de los años 40 y 50 lo habitual era mandar a las grandes ciudades a las hijas a partir de los 12 ò 13 años para que literalmente se buscaran la vida, encontraran un trabajo y se forjaran un futuro. Esto era acción casi exclusiva dirigida a las mujeres ya que los hijos varones eran mano de obra productiva y muy apreciada sobre todo en el y para el campo, claramente en esto Pilar no fue una excepción.
Con una infancia difícil y habiendo nacido en el seno de una familia sumamente pobre se marchó a Valencia cuando contaba sólo 12 años. Quedó marcada de por vida de esa infancia sin cariño y el desapego familiar no ayudó. En aquella época a los hijos se les veía como una boca más a la que alimentar.
Pilar era una persona en la que había calado profundamente esa falta de afecto por parte de todos desde su niñez lo que la convertía en una persona triste, desconfiada, de nula empatía, además su físico no ayudaba pues no era muy agraciada físicamente, todo esto unido hacía de ella una persona a la que costaba acercarse, de ahí que no se le conociese relación masculina alguna durante toda su vida. Los años 40 fueron los años del hambre por antonomasia en nuestro país, recién salidos de una guerra civil y prácticamente inmersos en una mundial, los recursos con los que cuenta nuestro país son prácticamente nulos, fue una etapa de hambre y miseria. El año 1.940 está marcado por la entrevista que mantuvieron Adolf Hitler y Francisco Franco en Hendaya, donde el primero busca la participación de España en la contienda, cosa que no ocurre debido a las elevadas peticiones españolas en suministros y armas. A lo largo de 1945 finaliza la guerra dando paso a la reconstrucción del mundo en general, y a la denominada Generación de los Baby Boomer, se les dio este nombre, debido a que el índice de natalidad creció de manera desmesurada y explosiva tras la Segunda Guerra Mundial, esta Generación seria la más extensa hasta 1969.
En esta década se estrenan películas como Ciudadano Kane en 1.941, Casablanca en el 1.942, o El Tercer Hombre en el 1.949.
Esta década pasa sin pena ni gloria para Pilar Prades. De trabajo en trabajo y fraguándose como mujer y sirvienta de casa en casa pasa los años.
Todo esto fue forjando poco a poco a la futura asesina y lo que la hacía ir de casa en casa sin llegar a mantener un trabajo estable durante mucho tiempo en el mismo sitio. Hasta que ya a los 26 años recaló en una familia, la que a la postre sería la inductora, salvando las distancias, del inicio de su andadura delictiva.
Ideas curiosas
Todo comienza en febrero 1.954, cuando Pilar entró a trabajar como sirvienta en casa de los industriales Enrique Villanova y Adela Pascual dueños de una charcutería situada en la calle Sagunto de Valencia, lo que les hace vivir desahogadamente en una época en la que la economía aún está por repuntar. Los años 50 están claramente marcados por la superación económica y la dictadura que impone un Jefe de Gobierno dictador como fue Francisco Franco. En 1952 se pone fin al racionamiento dando lugar a una liberalización parcial de los precios y del comercio. La economía va poco apoco reverdeciendo, superando a mediados de la década las rentas per cápita anteriores a las de inicio de la Guerra Civil en el año 1.935. Todo esto unido a las ayudas externas de Estados Unidos gracias al Plan Marshall hacen que la inflación suba y se aloje un malestar social en todo el país, por la aflorante carestía de todos los productos. A finales de la década Franco permite la entrada de un grupo de tecnócratas que reactivarían la economía del país. Se aproximan épocas de bonanza y eso se ve reflejado en que el trabajo no falta, sobre todo se demandan servicios domésticos.
En esta década suceden casi todas las vicisitudes, incluido el ajusticiamiento, de nuestra protagonista, Pilar Prades Santamaría, última mujer en morir en el garrote vil.
El trabajo de Pilar en casa de Enrique y Adela consistía en realizar las tareas típicas de una sirvienta, además de tener que limpiar y fregar la tienda y ordenar el género, trabajo que ella creía no merecer mientras su señora se “lucía” ante los clientes. Además pasaba tanto tiempo sola en la casa, rodeada de esos lujos que la hacía creer que era ella quien debía disfrutarlos como dueña y señora.
Adela Pascual sufría habituales cólicos hepáticos por lo que consumía habitualmente tisanas de boldo, planta popular de Chile utilizada principalmente para tratar las dolencias del hígado y la vesícula por indigestión, se administra principalmente en infusión, para mitigar los dolores y eso la llevaba a estar en cama durante periodos largos de tiempo. Esto le vino de perlas a Pilar para empezar a administrarle el brebaje, cuando esto sucedía Pilar se sentía como más necesitada ya que incluso tenía que atender el negocio, cosa que a ella le gustaba de sobremanera. Esto fue lo que motivó que esa sensación de bienestar la llevara a urdir un plan para que esta situación no fuera pasajera, si no, permanente.
Durante uno de sus descansos alguien lee una noticia en la que una mujer envenenaba a sus victimas, eso la hizo pensar en que ese podría ser el método a usar cuando a su señora se le pasaban los dolores de los cólicos y volvía a su rutina diaria postrándola, relegándola a ella a ocupar su lugar natural, el de sirvienta.
Primera víctima
Ya tenía el método ahora necesitaba el arma material. Los mata ratas fueron su primera elección pero su fuerte sabor y olor hizo que renunciara a ellos, eran difíciles de enmascarar y tarde o temprano se darían cuenta de que los alimentos contenían algún tipo de producto externo.
Las pruebas se sucedían unas tras otras, hasta que al final encontró su santo grial, el producto definitivo. Un mata hormigas, su nombre «Diluvión» un potente veneno compuesto en gran parte por arsénico en cuya etiqueta se distingue a parte del nombre comercial una calavera cruzada de dos tibias, símbolo inequívoco de los productos que contienen sustancias nocivas, tóxicas y venenos en general. La composición: melaza y arsénico. Aquel insecticida sería su aliado en la cruzada que emprendería para llegar a un status más alto, al menos ese era su pensamiento.
Este elemento, el arsénico, que aunque esencial en nuestra ingesta diaria en dosis concretas es necesario para la vida, entorno a 12 y 15 µg (microgramos, es decir un gramo dividido en un millón de partes), en cantidades superiores se convierte en letal e incompatible con la vida.
Este líquido mortal tenía sabor dulzón, lógicamente era el reclamo más eficaz para atraer a los insectos, idóneo para mezclar con leche, infusiones o cualquier postre.
Llegó a perfeccionar tanto la dosis que se convirtió en una auténtica experta, una especialista en esa proporción magistral. Podía mantener a una persona en cama el tiempo que necesitara, conociendo que su estado se restablecería pasado ese periodo.
La elección de un veneno para matar a alguien suele ser la facilidad extrema de hacerse con uno ya que se encuentran presentes en muchas de las substancias que habitualmente había y hay en nuestros hogares así como la destreza para poder aplicarlo ya que no es necesaria fuerza física alguna y cuenta con una discreción absoluta.
En tiempos pasados la dificultad para comprobar el envenenamiento por arsénico u otras sustancias, explica la popularidad de los envenenadores. En el siglo XIX empezó a practicarse una prueba muy burda, pero en cierta forma efectiva. Se daban a comer a un perro o a un gato extractos del estómago y de los intestinos de la persona envenenada; si los animales morían, se consideraba que había habido envenenamiento. En este siglo, los envenenamientos con arsénico cobraron una popularidad escandalosa, pero a la mayoría de los envenenadores no se les podía comprobar su fechoría y salían libres.
Una vez hubo comenzado a dar la solución a su señora y está cayó en cama Pilar comenzó a deleitarse con los cuidados que la dispensaba, además Adela, su señora, la agasajaba con cumplidos y buenas palabras, lo que a ella, falta de cariño desde siempre le resultaba tan grato que sin saberlo ese sería el motivo de su muerte.
Mientras Adela estaba en cama, Pilar se encargaba de las labores que su señora desempeñaba habitualmente, podía lucir esos blancos delantales almidonados que tanto envidiaba y contender con el público directamente sintiéndose la verdadera propietaria de esa vida, eso era lo que ella quería en realidad.
La situación llegó a prolongarse tanto en el tiempo que su marido, Enrique Villanova, empezó a preocuparse por el continuo estado de enfermedad en el que su mujer se hallaba constantemente. En marzo de 1.955 el estado era tan crítico que éste decidió llamar a un médico, que a su vez comunicó con un especialista para tratar de averiguar a que se debía ese malestar, los síntomas eran dispares vómitos, hinchazón en las manos y una aguda diarrea que le provocó una extrema pérdida de peso, pero no daban con el mal.
Al pensar que podía ser descubierta, Pilar aumentó la dosis con la clara intención de acabar con ella y que nada trascendiera más allá, cosa que pasó tal y como había planeado. La noche del 18 de marzo de 1.955 Adela entró en coma falleciendo al día siguiente 19 de marzo de 1.955.
Atribuyeron la muerte a una pancreatitis hemorrágica, causa que fue aceptada por todos quedando sin descubrir la verdadera causa del fallecimiento.
El día del entierro no se cerró el negocio, Pilar convenció a su señor para que lo mantuviera abierto argumentando que a los clientes había que cuidarlos que ella se encargaría de la tienda mientras tanto.
Se presume que Pilar quería ocupar el lugar que había dejado Adela, la de mujer de su señor, pero éste en lugar de eso decidió despedirla sin darle ninguna explicación, quedando éste sumido en tal depresión que decidió venderlo todo e irse de Valencia.
En aquellos años no era difícil encontrar empleo como sirvienta, ya que se fue derecha a un mercado y allí la recomendaron para el que sería su segundo empleo como sirvienta. De esa forma entra a trabajar en casa de la familia Alpere-Greus. Desde el primer momento se gana la confianza de los señores, que la tienen por trabajadora, atenta y cariñosa. Los jueves, día de salida, los emplea en ir a bailar o en visitar a la tía de un antiguo novio con el que se iba a casar, pero que no lo hizo porque él tenía cuatro años menos que ella y, en el último momento, prefirió a otra más joven. Cuando en el baile lograba a algún muchacho, le contaba una historia triste sobre sus ancianos padres, a los que no podía ir a verlos al pueblo, a pesar de estar enfermos, por no disponer del dinero para el billete de autocar. Más de uno picó, dinero que ella guardaba hasta reunir lo suficiente como para poder conseguir comprar alguna sábana o mantelería para el ajuar. Siempre soñó con casarse.
No había pasado mucho tiempo en su nuevo empleo cuando a la señora le salieron unas manchas extrañas en los brazos. Cosa lógica si se tiene en cuenta que otro de los síntomas del envenenamiento por arsénico consiste en una pigmentación negruzca en la piel, en zonas descubiertas y en zonas de roce La señora se hizo reconocer por un médico de su familia y le diagnosticaron una alergia, entonces el marido decidió despedirla porque consideró que Pilar la había contagiado alguna enfermedad. Esta desconfianza por parte del señor de la casa posiblemente le salvó la vida a su mujer.
<<Parte Segunda>>
Por: Tomás Castellanos Díaz
Todo comienza en febrero 1.954, cuando Pilar entró a trabajar como sirvienta en casa de los industriales Enrique Villanova y Adela Pascual dueños de una charcutería situada en la calle Sagunto de Valencia, lo que les hace vivir desahogadamente en una época en la que la economía aún está por repuntar. Los años 50 están claramente marcados por la superación económica y la dictadura que impone un Jefe de Gobierno dictador como fue Francisco Franco. En 1952 se pone fin al racionamiento dando lugar a una liberalización parcial de los precios y del comercio. La economía va poco apoco reverdeciendo, superando a mediados de la década las rentas per cápita anteriores a las de inicio de la Guerra Civil en el año 1.935. Todo esto unido a las ayudas externas de Estados Unidos gracias al Plan Marshall hacen que la inflación suba y se aloje un malestar social en todo el país, por la aflorante carestía de todos los productos. A finales de la década Franco permite la entrada de un grupo de tecnócratas que reactivarían la economía del país. Se aproximan épocas de bonanza y eso se ve reflejado en que el trabajo no falta, sobre todo se demandan servicios domésticos.
En esta década suceden casi todas las vicisitudes, incluido el ajusticiamiento, de nuestra protagonista, Pilar Prades Santamaría, última mujer en morir en el garrote vil.
El trabajo de Pilar en casa de Enrique y Adela consistía en realizar las tareas típicas de una sirvienta, además de tener que limpiar y fregar la tienda y ordenar el género, trabajo que ella creía no merecer mientras su señora se “lucía” ante los clientes. Además pasaba tanto tiempo sola en la casa, rodeada de esos lujos que la hacía creer que era ella quien debía disfrutarlos como dueña y señora.
Adela Pascual sufría habituales cólicos hepáticos por lo que consumía habitualmente tisanas de boldo, planta popular de Chile utilizada principalmente para tratar las dolencias del hígado y la vesícula por indigestión, se administra principalmente en infusión, para mitigar los dolores y eso la llevaba a estar en cama durante periodos largos de tiempo. Esto le vino de perlas a Pilar para empezar a administrarle el brebaje, cuando esto sucedía Pilar se sentía como más necesitada ya que incluso tenía que atender el negocio, cosa que a ella le gustaba de sobremanera. Esto fue lo que motivó que esa sensación de bienestar la llevara a urdir un plan para que esta situación no fuera pasajera, si no, permanente.
Durante uno de sus descansos alguien lee una noticia en la que una mujer envenenaba a sus victimas, eso la hizo pensar en que ese podría ser el método a usar cuando a su señora se le pasaban los dolores de los cólicos y volvía a su rutina diaria postrándola, relegándola a ella a ocupar su lugar natural, el de sirvienta.
Primera víctima
Ya tenía el método ahora necesitaba el arma material. Los mata ratas fueron su primera elección pero su fuerte sabor y olor hizo que renunciara a ellos, eran difíciles de enmascarar y tarde o temprano se darían cuenta de que los alimentos contenían algún tipo de producto externo.
Las pruebas se sucedían unas tras otras, hasta que al final encontró su santo grial, el producto definitivo. Un mata hormigas, su nombre «Diluvión» un potente veneno compuesto en gran parte por arsénico en cuya etiqueta se distingue a parte del nombre comercial una calavera cruzada de dos tibias, símbolo inequívoco de los productos que contienen sustancias nocivas, tóxicas y venenos en general. La composición: melaza y arsénico. Aquel insecticida sería su aliado en la cruzada que emprendería para llegar a un status más alto, al menos ese era su pensamiento.
Este elemento, el arsénico, que aunque esencial en nuestra ingesta diaria en dosis concretas es necesario para la vida, entorno a 12 y 15 µg (microgramos, es decir un gramo dividido en un millón de partes), en cantidades superiores se convierte en letal e incompatible con la vida.
Este líquido mortal tenía sabor dulzón, lógicamente era el reclamo más eficaz para atraer a los insectos, idóneo para mezclar con leche, infusiones o cualquier postre.
Llegó a perfeccionar tanto la dosis que se convirtió en una auténtica experta, una especialista en esa proporción magistral. Podía mantener a una persona en cama el tiempo que necesitara, conociendo que su estado se restablecería pasado ese periodo.
La elección de un veneno para matar a alguien suele ser la facilidad extrema de hacerse con uno ya que se encuentran presentes en muchas de las substancias que habitualmente había y hay en nuestros hogares así como la destreza para poder aplicarlo ya que no es necesaria fuerza física alguna y cuenta con una discreción absoluta.
En tiempos pasados la dificultad para comprobar el envenenamiento por arsénico u otras sustancias, explica la popularidad de los envenenadores. En el siglo XIX empezó a practicarse una prueba muy burda, pero en cierta forma efectiva. Se daban a comer a un perro o a un gato extractos del estómago y de los intestinos de la persona envenenada; si los animales morían, se consideraba que había habido envenenamiento. En este siglo, los envenenamientos con arsénico cobraron una popularidad escandalosa, pero a la mayoría de los envenenadores no se les podía comprobar su fechoría y salían libres.
Una vez hubo comenzado a dar la solución a su señora y está cayó en cama Pilar comenzó a deleitarse con los cuidados que la dispensaba, además Adela, su señora, la agasajaba con cumplidos y buenas palabras, lo que a ella, falta de cariño desde siempre le resultaba tan grato que sin saberlo ese sería el motivo de su muerte.
Mientras Adela estaba en cama, Pilar se encargaba de las labores que su señora desempeñaba habitualmente, podía lucir esos blancos delantales almidonados que tanto envidiaba y contender con el público directamente sintiéndose la verdadera propietaria de esa vida, eso era lo que ella quería en realidad.
La situación llegó a prolongarse tanto en el tiempo que su marido, Enrique Villanova, empezó a preocuparse por el continuo estado de enfermedad en el que su mujer se hallaba constantemente. En marzo de 1.955 el estado era tan crítico que éste decidió llamar a un médico, que a su vez comunicó con un especialista para tratar de averiguar a que se debía ese malestar, los síntomas eran dispares vómitos, hinchazón en las manos y una aguda diarrea que le provocó una extrema pérdida de peso, pero no daban con el mal.
Al pensar que podía ser descubierta, Pilar aumentó la dosis con la clara intención de acabar con ella y que nada trascendiera más allá, cosa que pasó tal y como había planeado. La noche del 18 de marzo de 1.955 Adela entró en coma falleciendo al día siguiente 19 de marzo de 1.955.
Atribuyeron la muerte a una pancreatitis hemorrágica, causa que fue aceptada por todos quedando sin descubrir la verdadera causa del fallecimiento.
El día del entierro no se cerró el negocio, Pilar convenció a su señor para que lo mantuviera abierto argumentando que a los clientes había que cuidarlos que ella se encargaría de la tienda mientras tanto.
Se presume que Pilar quería ocupar el lugar que había dejado Adela, la de mujer de su señor, pero éste en lugar de eso decidió despedirla sin darle ninguna explicación, quedando éste sumido en tal depresión que decidió venderlo todo e irse de Valencia.
En aquellos años no era difícil encontrar empleo como sirvienta, ya que se fue derecha a un mercado y allí la recomendaron para el que sería su segundo empleo como sirvienta. De esa forma entra a trabajar en casa de la familia Alpere-Greus. Desde el primer momento se gana la confianza de los señores, que la tienen por trabajadora, atenta y cariñosa. Los jueves, día de salida, los emplea en ir a bailar o en visitar a la tía de un antiguo novio con el que se iba a casar, pero que no lo hizo porque él tenía cuatro años menos que ella y, en el último momento, prefirió a otra más joven. Cuando en el baile lograba a algún muchacho, le contaba una historia triste sobre sus ancianos padres, a los que no podía ir a verlos al pueblo, a pesar de estar enfermos, por no disponer del dinero para el billete de autocar. Más de uno picó, dinero que ella guardaba hasta reunir lo suficiente como para poder conseguir comprar alguna sábana o mantelería para el ajuar. Siempre soñó con casarse.
No había pasado mucho tiempo en su nuevo empleo cuando a la señora le salieron unas manchas extrañas en los brazos. Cosa lógica si se tiene en cuenta que otro de los síntomas del envenenamiento por arsénico consiste en una pigmentación negruzca en la piel, en zonas descubiertas y en zonas de roce La señora se hizo reconocer por un médico de su familia y le diagnosticaron una alergia, entonces el marido decidió despedirla porque consideró que Pilar la había contagiado alguna enfermedad. Esta desconfianza por parte del señor de la casa posiblemente le salvó la vida a su mujer.
<<Parte Segunda>>
Por: Tomás Castellanos Díaz