Caza a la Caza
26 de Octubre de 2.016
Hoy nos harán falta unas buenas botas de agua y sobre todo altas porque nos vamos a meter en un barrizal del que seguro salir no será fácil, pero ahí va… hoy hablaré de la caza, lo que representa, lo que produce y lo que genera.
No hace falta basar toda tu existencia centrada entorno a las verduras, flores o el amor a los animales, que hasta suena mal, para considerarse amante de la naturaleza seguro que hay más profesionales y seguidores cinegéticos que viven por y para la naturaleza que muchos de los que se catalogan “ecologistas”, “naturalistas”, “vegetarianos”, “veganos” y otro sin fin de calificativos.
En primer lugar quiero que sepáis que intentaré ser lo mas imparcial posible, ya que soy cazador y habrá veces que se me vea el plumero por eso haré un acto de reflexión e intentaré explicar lo que significa la caza y ser cazador, que ya el término se está denostando y utilizadonse de forma peyorativa, pero es lo que hay, si queremos vivir en una sociedad “civilizada”, asumir lo que nos quieran decir basados en no sé que libertad de expresión, un gay me puede llamar asesino y sin embargo yo no puede decirle maricón. Esto último lo presencié no hace mucho en una reunión en la que se caldearon los ánimos más de lo debido, lo cuento para ilustrar el hecho. La disputa finalizó con sendas denuncias de uno hacia otro y viceversa. Sentencia final… de risa. Al señor que ostentaba la condición sexual como amante de seres de su mismo sexo se le despachó con una reprimenda, o sea, absuelto de todo cargo por no constituir su comentario carácter ofensivo. Al señor que abiertamente se consideró cazador y espetó un calificativo hacia el que había iniciado dicho enfrentamiento verbal, el gay, se le condenó a pagar una multa de 500 euros por proferir insultos xenófobos. Personalmente estoy en contra de las dos actuaciones por parte de los intervinientes, pero me parece que la ley del embudo sigue teniendo en temas “populistas” su boca más ancha a favor.
En primer lugar, al contrario de lo que digan los que no estén a favor, la caza es necesaria, casi en todo momento. Digo “casi” porque como en todo hay situaciones que se deberían evitar, el furtivismo con carácter recreacional es una de ellas. La caza es una forma de regular la naturaleza, sí, artificialmente si lo queréis, pero hay veces que la naturaleza no es tan sabia, quizás por culpa del hombre, no hay duda, pero una ayuda no le viene mal. Para que os hagáis una idea os lanzaré una pregunta ¿Qué haríais para libraros de una conejera? vamos de una cierta cantidad de conejos, no sé, digamos… 5 ó 6, seguramente los cogereis y los que podáis los criareis en vuestra casa, a lo mejor otros los regalaríais, o simplemente después de cazarlos con vida, por supuesto, los reubicaríais en otro entorno. ¡Eso está bien! ¡Pero que muy bien! Al final los mantendréis con vida, está en vuestra ideología, en la mía también. Ahora viene la pregunta ¿y si en lugar de 5 ó 6 conejos son 30.000? sí, treinta mil no me he equivocado, además ubicados en un termino tan pequeño como el de un pueblo de unos cientos de habitantes. Ahí queda, responderos en conciencia, pero no penséis en perspectiva por favor pensar que vosotros sois uno de los habitantes del pueblo y que vives de la agricultura y que como ya no tienen nada que comer, porque han dado fin con todo, incluyendo vuestro trabajo y esfuerzo, se empiezan a comer las gomas del riego y hasta los cables de la luz.
Esto os acabo de contar ni es broma ni una exageración para haceros dudar de vuestras premisas morales, esto es una realidad y totalmente cierto y ocurre casi todos los años en un pequeño pueblo cerca de donde vivo y esa cantidad tan solo fue los que se les quitó al campo en cuestión de meses. No exagero y al igual que en ese pueblo en otros tantos de toda la geografía naciolnal.
Por supuesto que hay gente que mata por matar, eso está claro, pero en todos los ámbitos hay malas praxis, hay bomberos pirómanos, médicos que en lugar de curar, matan, taxistas que te cobran el doble por una carrera y políticos que se enriquecen a título personal y no hacen nada por el pueblo, que es quien lo ha puesto ahí para que lo represente, bueno esto último no creo que sea un buen ejemplo, porque de estos no hay alguno, son todos. Con esto quiero decir, que ni todos los cazadores son asesinos ni todos matan por matar.
Como todos sabemos el punto medio es la situación idónea en todas las situaciones, en el caso de la caza ese equilibrio lo gestiona el entorno cinegético. La caza no es solamente matar animales, también está el cuidado del entorno, mejoras de caminos, limpieza de las zonas cortafuegos, arreglo de los cercados que impiden que los animales salgan de los propios recintos y provoquen accidentes en carreteras e incluso ya en ciudades ya hay sitios donde la población salvaje es tan densa que está empezando a dirigirse a las ciudades a buscar comida, si ese entorno estuviera controlado y gestionado por cazadores y orgánicos seguro que esos animales estarían en su hábitat y bien alimentados sin necesidad de tener que molestar a los paisanos. Esas plagas, al igual que la que os mencioné al principio hay que gestionarla, ¿cómo?, poniéndoles un piso en la Gran Vía, está claro que no.
En ciertas localizaciones es necesario, para evitar la propia endogamia de los animales formular acciones para evitar que decaiga la calidad de la propia especie. Ayudar a la naturaleza a seleccionar a los mejores ejemplares para que perdure en el tiempo. De hecho si no hubiera una gestión cinegética controlada y activa es posible que alguna especie se hubiera extinguido, como ya ha pasado con alguna, que por no tener unos “guardianes” que se hubieran preocupado de ello han acabado hasta con el último ejemplar.
Con todo esto no pretendo haceros cambiar de opinión sobre un mundo que hay que conocer para poder valorar y opinar en profundidad sobre él, solo intentar que veáis desde otra ángulo el desarrollo que se hace del mundo cinegético, que existe cuidado, dedicación, desembolsos económicos que muchas veces son a fondo perdido por no darse unas perspectivas esperadas y todo ello redunda en beneficio del entorno ecológico. Aquí no hay quien le prenda fuego al monte para recalificar terrenos, quien envenene el entorno para convertirlo en páramos improductivos, no hay quien haga una presa y deseque el espacio natural para generar electricidad, etc., etc. A lo mejor habéis puesto el ojo en el visor del sector menos dañino para la ecología, si me permitís la expresión.
Existen más enfoques sobre el tema, como la economía generada por el sector, puestos de trabajos, sueldos, beneficios en sectores indirectos e impuestos que se desprenden, que no son pocos y van a parar a mantener el estado de bienestar del que tú te beneficias que si no es mayor es por culpa de otros “carniceros”, los que están asesinando precisamente ese sistema, con recortes y mermas en necesidades prioritarias, por eso cada vez que habléis de caza pensar… ¿yo que haría con 30.000 conejos en mi casa?.
Por: Tomás Castellanos Díaz