Santo y Seña
Hace mucho, mucho tiempo para entrar en "ciertos" lugares había que tener una contraseña, ya sabéis, como los espías. El portero del local hacía un comentario y el cliente le respondía con otro previamente pactado.
Pues en nuestro caso intentábamos averiguar la de un local en el que nos interesaba entrar, por lo que estuvimos atentos a los clientes que iban llegando; el primero no se hizo esperar, al llegar a la altura del portero éste dijo 14, el cliente respondió 7, correcto, pase. El segundo cliente llegó unos minutos después, el portero le dijo 18 a lo que el cliente contestó 9, correcto pase le dijo el portero. Un tercero llegó a éste y el portero le dijo 8 a lo que el cliente contestó 4 y nuevamente le dejó pasar.
¡Vaya! ¡vaya!, no era una contraseña, era una clave basada en algún patrón pero después del tercero creíamos haberla descifrado.
No había que ser un lince para saber que patrón seguía por lo que decidimos intentarlo. Prestos no dispusimos delante del portero. Éste sin inmutarse y mirándonos a los ojos nos dijo: 6. Raudos contestamos... 3, lo siento pero no podéis entrar... Contestó impávido. ¿Cómo que no? Pues porque esa no es la contraseña. Y no pudimos entrar. ¿Puedes tú ayudarnos a saber qué número deberíamos haber dicho?
¡Te lo agradeceríamos! Si no... Aquí tienes la Respuesta:
¡Te lo agradeceríamos! Si no... Aquí tienes la Respuesta: